Monday, September 12, 2005

11 de Septiembre – 32 años de la Muerte de Salvador Allende

El viernes pasado, después del trabajo, me fui con los compañeros de PACT a un evento en la fundación Guayasamín dónde se recordaba el asesinato de Salvador Allende. Me sorprendió lo emotiva que fue esa noche para mí. Rodeados de cuadros de Guayasamín (un pintor ecuatoriano contemporáneo increíble – recomiendo que lo busquen en una biblioteca o en internet por que tiene unos cuadros muy fuertes. Es el pintor más reconocido del Ecuador), hablaron exiliados chilenos, un uruguayo (Kintto Lucas), se tocó música de protesta y se pasó un escalofriante video de TV Chile sobre la muerte de Allende con su inolvidable discurso minutos antes de morir. Me entró una ira indescriptible al ver esas imágenes de La Moneda, los tanques, los milicos. Un presidente constitucional y electo por su pueblo siendo bombardeado por un complot de la CIA, los milicos, gente rica y otros pocos que, ante el desafío que presentaba la victoria de un socialista, lograron aplacar la voluntad y esperanza del pueblo. Se me fue la capacidad de sonreír por una hora. Quedé enfurecido. La Moneda en llamas, los milicos de verde, los tanques, el humo. Y para peor, sabiendo lo que fueron los treinta años que esas llamas le depararon a Chile. Treinta años. Tantas vidas destruidas, tantas separaciones, tanta tortura, tanta muerte. Es increíble que a mí, que pertenezco a una generación totalmente distinta, con otros tipos de problemas e injusticia, me afecten tanto esas imágenes.
Después unos guitarristas tocaron música bastante emotiva. Nos tomamos unos piscos y conocí unos personajes bastante interesantes de la intelligentsia socialista del Ecuador. Gente con unas historias de vida increíbles. A veces cuesta creer estar trabajando o conviviendo con gente que arriesgó su pellejo por la justicia social, gente que se levantó en armas al ver que el sistema estaba tan corrompido que no podía ser cambiado desde adentro. Es una idea tan lejana para nuestra generación hedonista del “sexo drogas y rocanrol”.
¡Ojalá que hallamos aprendido nuestra lección y que nunca se vuelva a vivir lo que vivieron nuestros padres! ¡Que nunca más la gente tenga que sacrificar sus vidas, sus futuros, sus familias para combatir niveles de injusticia e insensibilidad insostenibles!
No soy revolucionario, no creo que hoy en día la violencia sea la manera más efectiva de mejorar el mundo, pero sí quiero dejar plasmada mi tremenda admiración por quienes en su momento arriesgaron sus vidas por el bienestar de los pobres. Me quito es sombrero y hago una sincera reverencia.
Mañana me voy a Lago Agrio a realizar unos talleres con la FEINCE, la federación de los indios Cofán. Voy a estar en una de las zonas más peligrosas del Ecuador. En la amazonía norte, en la frontera con Colombia. Aparentemente hay una fuerte presencia de la FARC por esas zonas y, según un amigo español que vive acá hace tiempo, es un pueblo de “putas, petroleros y pistoleros”.¡Qué combinación! Dicen que es como el Far West amazónico. Me advirtieron que no salga en las noches por que es demasiado peligroso. Hay un hecho interesante relacionado Lago Agrio que me gustaría compartir. Lago Agrio es la capital de Sucumbíos, una tierra que fue olvidada por los gobiernos ecuatorianos hasta el boom petrolero de fines de los 60. Parece que esa zona fue “colonizada” por la TEXACO cuando se encontró petróleo y que Lago Agrio le debe su nombre a Sour Lake, Texas, cuidad que alberga a la sede central de TEXACO. Me voy pa Sour Lake, Sucumbíos (Texas). A ver qué pasa…

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